Empezaremos
como siempre definiendo nuestro objeto de ensayo, en este caso, la sociedad,
con enfoque en las teorías de su origen.
La sociedad se define como “una persona moral o unión estable de muchos individuos, bajo una
autoridad, para alcanzar un fin común”. Las características que definen a
una sociedad se pueden resumir en: uno, busca el bien común, es decir, busca
satisfacer los bienes espirituales, morales, e intelectuales de todos los
integrantes; dos, posee una autoridad que obliga a los miembros de la sociedad
a conspirar con sus actos a la prosecución del bien común.
Pues bien, ahora sentemos bases de lo que realmente
es el hombre, ya que el error de las teorías contemporáneas sobre el origen de
la sociedad estriba principalmente en la concepción errada de las
características del hombre. El hombre es una sustancia individual de naturaleza
racional, que posee tres elementos constitutivos, a saber, existencia
substancial (existe por sí mismo), Individualidad (es distinta de otra) y
espiritualidad (está conformado por alma racional y cuerpo, fusionados en
unidad). Además el hombre posee características únicas, heredadas de su alma
racional: libertad, responsabilidad, conciencia, sociabilidad innata y
dignidad.
Por lo tanto se puede concluir que la persona humana
es el origen y fin esencial de la sociedad, es decir, es el fundamento, sujeto
y fin de toda actividad social.
El hombre, el primer hombre, fue creado por Dios en
el paraíso terrenal, con toda suerte de dones sobrenaturales y preternaturales
(los cuales perdió por culpa del pecado mortal), quedándole solamente los dones
naturales y condenado a la enfermedad, dolor, trabajo penoso y muerte, así como
a la lucha constante entre su razón y su concupiscencia. Esta serie de hechos, conocidos por
revelación divina, pero fácilmente respaldados por la razón, encuentran su
antítesis en teorías ateas como la teoría evolucionista o transformista, que
postula que el hombre proviene del mono y poco a poco fue evolucionando hasta
convertirse en lo que es hoy, es decir, pasó de un ser irracional con alma
sensitiva, a un ser humano social con alma racional, cosa absurdísima a mi
parecer.
Retomemos nuestro tema principal. La teorías que
tratan de explicar las causas por las cuales el hombre vive en sociedad son
varias, pero todas ellas puede concentrase en el reconocimiento del hecho de
que, para que pueda vivir, el hombre necesita encontrarse en sociedad.
1.
Contrato social. (Thomas Hobbes y Juan Jacobo
Rousseau)
Según esta
doctrina, los primeros hombres se regían por la ley del egoísmo y por ella
vivían en perpetua lucha para poder satisfacer sus necesidades. Para terminar
con esa lucha, la libre voluntad humana, compelida por la conveniencia, convino
en reunirse en sociedad.
Esta teoría es del todo punto falsa, ya que niega,
primero, el instinto de sociabilidad natural innata que el hombre posee desde
que es hombre; segundo, concede al hombre una libertad irrestricta antes de
dicho contrato, cosa que es falsa, porque el hombre siempre tiene una
conciencia moral grabada en su mismo ser; y tercero, el hombre se encuentra
inclinado al bien, no al mal.
2. Evolución mutualista
La sociedad no
es mas que una fase, la última conocida hasta ahora, de un proceso evolutivo de
la primera subsistencia que por un proceso indefinido se ha ido elevando cada
vez más a formas superiores, conducida en su movimiento de ascensión por la ley
inflexible del determinismo universal.
Esta teoría también es falsa, por varios motivos,
primero, pretende aplicar el historicismo a los actos humanos (los actos
humanos están siempre determinados, y progresan siempre al marxismo); segundo,
postula la ley del determinismo, negando la libertad inherente que el hombre
posee en todos sus actos; y tercero, defiende la ley del progreso indefinido,
postulación que es falsa, ya que la historia tiene indefectiblemente un fin
(intrahistórico y supra histórico).
3. Naturaleza social.
Prueba que el
hombre es social por naturaleza, por el hecho de ser hombre, argumentando que:
el hombre tiene instinto de sociabilidad, ha desarrollado un lenguaje
articulado, y siempre se encuentra necesitado de alguien más
Esta teoría, defendida en parte por Platón y
Aristóteles, y explicada cabalmente por Santo Tomás y San Agustín, es la más
apegada a la realidad, ya que defiende
la naturaleza social y racional del hombre.
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